lunes, 15 de septiembre de 2008

La civilización más antigua de América

La Ciudad Sagrada de Caral - Supe


Los estudiosos afirman que hace 5 millones de años el ser humano inició su desarrollo y expansión, pero solo hace 6.000 años empezó a construir centros urbanos y a integrar redes de intercambio de grandes distancias.

Se estima que únicamente seis culturas fueron capaces de cambiar su forma de vida y generar las condiciones necesarias para desarrollarse como sociedad, creando ciudades, sistemas de cultivo y crianza, arte, medicina y todo lo necesario para formar ciudades complejas y desarrolladas; siendo estas las ciudades de Mesopotamia, Egipto, India, Perú, China y Mesoamérica.

En el caso de las ciudades del viejo mundo, ellas mantuvieron un vínculo y sistema de comunicación, comercio e intercambio; mientras que la sociedad de Caral se desarrolló completamente aislada de todo foco de influencia e incluso se adelantó en por lo menos 1.500 años a la de Mesoamérica, el otro foco del continente.

La primera civilización del Perú y América se formó entre los 3.000 y 2.500 ac, en el valle de Supe, sobre la base de un conjunto de comunidades ubicadas en asentamientos urbanos. Este modelo de organización influyó en el desarrollo de futuras civilizaciones, entre las cuales podemos mencionar a las sociedades que construyeron Huaca La Florida, Garagay en el valle del Rímac, Cerro Sechín, Pampa de Llamas, Moxeque en el valle de Casma. Posteriormente el modelo se repitió en distintas zonas del territorio andino: Chavín, Moche, Lima, Nasca, Tiahuanaco, Wari, Chincha, Ichma, Chimú y finalmente la Inca, la última civilización del Perú prehispánico, 4.400 años después de Caral.

La ciudad sagrada de Caral se encuentra en el valle de Supe, provincia de Barranca, región Lima, ubicada a 182 km al norte de la capital del Perú y a 23 km al este de la carretera Panamericana. Fue construida sobre una terraza aluvial desértica, en la parte inicial del valle medio de Supe y a 350 msnm; siendo el asentamiento urbano más destacado, por su extensión y complejidad arquitectónica, de todos los identificados en el nuevo continente, entre los 3.000 y 2.000 ac.

Caral ocupa 66 hectáreas, en las que se distinguen dos zonas, una central y otra periférica. La primera muestra estructuras arquitectónicas monumentales, cuatro clases de conjuntos residenciales diferentes, unidades residenciales de elite, dos plazas circulares en desnivel inferior, así como lugares de congregación pública masiva. Mientras que la zona de la periferia tiene numerosas unidades domésticas distribuidas a manera de archipiélago con islas de viviendas.

En la construcción de los recintos principales se usaron muros de piedra unidos con argamasa; en algunos recintos secundarios las paredes son de material orgánico, enlucidos con arcilla fina y pintados de rojo, blanco o amarillo. Se observa un uso masivo de shicras (bolsas confeccionadas con fibra vegetal).

Otras áreas fueron construidas con paredes de piedras canteadas (granodiorita), unidas con argamasa de barro y pintadas de rojo, blanco o amarillo, según el periodo correspondiente; algunas muestran paredes con soportes de madera entretejida con cañas y revestidas con argamasa de arcilla y barro.

En los periodos tardíos de ocupación se construyeron terrazas con muros de piedra canteada, unidas con argamasa, enlucidos y pintados de blanco. En los edificios de Caral se muestran evidencias de una prolongada ocupación.

Los avances tecnológicos alcanzados en el área agrícola y en la pesca fueron los más importantes, manifestándose en la producción y trabajo del algodón, lo que permitió la elaboración de ropa y redes para la pesca masiva, y generó a su vez una especialización en cada una de las actividades relacionadas y estimuló el desarrollo de una economía de intercambio entre los asentamientos y grupos de agricultores, pescadores, tejedores y artesanos; permitiendo una acumulación de producción y a su vez la división del trabajo, base de desarrollo de las sociedades complejas.

Los beneficios derivados de la producción social fueron distribuidos en forma desigual, generando el establecimiento de estratos sociales con jerarquías diferentes.

Las condiciones antes mencionadas permitieron el desarrollo de las actividades paralelas que conllevan al desarrollo de una sociedad compleja, como son las artes, tecnologías, astronomía, predicción climática, medicina, administración y contabilidad y un complejo sistema de creencias, ceremonias y rituales, creando un complejo universo mitológico y simbólico que reemplazó a un grupo militar y dejó a la religión como fuerza de control y cohesión social.

Las formas de organización social y política de las poblaciones de Caral-Supe trascendieron en el espacio y el tiempo y fueron las bases de los estados políticos en los Andes centrales.

El prematuro desarrollo de las sociedades de Caral-Supe la convirtió en la civilización más antigua de América, la que logró un avance sin precedentes, en completo aislamiento, a diferencia de otros focos de civilización como Mesopotamia, Egipto e India, que intercambiaron conocimientos y experiencias.

En la pirámide de la Galería (una de las tantas construcciones), en una de sus habitaciones habían sido colocados ocho asientos manufacturados con vértebras de ballena cortadas y pulidas, lo que demuestra un concepto de reunión de grupos humanos.

En la actualidad el gobierno peruano ha creado, mediante el Instituto Nacional de Cultura el denominado 'Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe', que supervisa, planifica y controla los trabajos, llevando los registros de los descubrimientos.



La ciudad de Caral se ecuentra actualmente en estado ruinoso y a la espera de una futura restauracion teniendo en cuenta que su descubriemineto es relativamente reciente.

Sin embargo, asi es como lucia la ciudad de Caral hace 5000 años:








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